Aprovechando que mi hija estaba en Marruecos pasando unos días en casa de una amiga marroquí, fuí a recogerla. Una vez allí, no podía perder la oportunidad de hacer algunas fotos.
Marruecos, al igual que el resto del continente africano, es muy rico en colores, y como este es uno de los motivos que más llena de la fotografía, traté de captarlos, pero esta vez tomé como modelo a mi hija, cosa que no hacía desde que hizo la primera comunión. No suelo hacer fotografías a modelos, por lo general en mis fotos no aparecen personas. Creo que la ocasión merecía la pena, aunque creo que mi hija se merece a un mejor fotógrafo.
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